Sé que no esperabas nada de mí, que en aquel reflejo de luces dudé en acompañarte. Sé que te busqué al perderme en un laberinto de sucesos, y al llamado de tus temores respondí. Se arropó tímidamente mi imaginación y calentó tu vaguedad aniñada.
Canto por mi, para ti
sueño para mi, sobre ti
nos esperamos nosotros
en la unión de nuestros sueños.
Lloré los espacios que nos separaron en hostiles tristezas. Debió haber sido la culpa que disipó los problemas. Enjuagué mis manos con el viento y con miedo te miré a los ojos. ¡Ay esos ojos! Apacible candor premonitorio de sensaciones majestuosas.
Verde, amarillo y rojo
prohibido abrazarnos
y estimularnos
todo alrededor es incómodo.
Dos mundos y acompañamientos rítmicos de complicidad. Sonrieron los muebles de la casa divertida y con olor a comida exquisita, cocinada con fuego azul. Me distraje inútilmente, esforzándome por ganar la competencia y los trofeos regalarte. Perdimos.
Nos sentamos juntos
estás tan cerca de mi abismo
que no quiero tocarte,
dame solo unos segundos.
Vestías indecencias y parecías perseguida. Todos los infinitos cayeron por el balcón y estallaron en el piso. Abriste tus alas y miraste para arriba, pero no eras vos la que caía. Volví a esforzarme por socorrerte, pero no era yo tu autoayuda.
Pido dejar las lunas y
que me pisen fuerte al bajar
panzas rellenas sonríen
acostadas en peligrosidad.
Se dañaron los colores que el recuerdo debían proteger, y en tu sueño caí sin despedirme. Caminé solo por las calles inmovilizadas hacia la distancia que nos separó.
En distintas posiciones, las formas de angustias me mojaron el invierno.
reafirmo lo dicho, hay q encontrarle dueña...sino, seria algo asi como un despilfarro de sentimientos muy bonitos