miércoles, junio 28, 2006
Se vieron caer dos mañanas

Sevieroncaerdosmañanasdejandoaldescubiertounllamadodeemergenciaa la fealdad del ocaso, borrandolosgraffitisescritossobrelascolumnasquesostienen la quietud del mundo y aminorandolamarchadelaaurora;congelando la beldad exasperada de los mortales queseexpresaconlaintensidaddeunSibemol.¡Bastadetesorosfritosymanzanasjugandoal ajedrez!Sinlareservadebebidasque un día nos dejó Satanás (ovayaasaberqueotroanimal)moriremossedientos;
moriremossedientosporquedesequilibradosnopodemosvivir.
Comoestirarunamanoestratégicamentehacia una gota de agua quecaedelcielo,elalbaalarga sutiempo desde el norte hacia el sur enbuscadedosimpíoscorazonesparabrindarleslamejordesustempestades. Estoscorazonesserefugianasustados en un espacio escenográfico dondedesplazanelterrordesolventarpasionesydisparanbesostímidamentefabricadosqueno lleganasudestino.Sushistorias se pasean desconsoladassinconocerningúnremedioparaterminarconlaeternapacienciaqueloscondena segundotrassegundo.Enmediodeesos segundos uncorazónlloróysuslágrimasformaronelrío quesellevólas penas de amor, porqueenesaépocatodoeraaccidental.Enesaépocaloscorazoneseranfelicesaccidentalmente,
nisiquieraplaneabansusencuentros. Jugaban a las escondidas ysiempreseencontraban,aúncuandosabíanbiendondeesconderse para no ser descubiertos. Cuandosetransformaronlosabrazosendisimuladosempujones, lasestrellasvistieronelcielo,quepermanecíaabrigado por unas pocas nubes.
 
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martes, junio 27, 2006
Voice-Phone
There is only a flower
when the sky falls
between the rain and the sun.
This flower is black
like petrol,
like this heart that i know.
A key opens the door
the flower isn´t here
my eyes look in the mirror
but don´t see the dark heart
the colour of her skin
was shining
but there was no hope in its reflection
She wants to be loved, like the flower
Down on the stage her audience is
waiting for her now.
...
..
.
(thank you Ágata for the virtual help)
 
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lunes, junio 26, 2006
Una sola idea y lo anterior nunca existió

Escuché el andar de muchas letras pasando por mi lado más borroso. Se miraron entre ellas y luego me dijeron cosas al oído. Se unieron para formar palabras que terminaban con excusas. En vano intenté entenderlas, estaban muy lejos y sus gritos apagados no llegaron hasta mí, entonces seguí caminando. Mis pies se movían con gran velocidad hacia algún lugar que todavía no se había construido. Levanté la vista y entre muchos dibujos de amargos colores, estaban tiradas en el piso frases en blanco y negro que con dificultad respiraban la inspiración de animales hambrientos. No me acerqué para saludarlas porque la cena estaba servida, me esperaba al costado del camino junto con mis compañeros de mesa. Debo decir que me sentí intimidado al compartir tan rica comida con tan descarados recuerdos; todos estaban mirándome y hasta me hacían gestos cada vez que levantaba mi cuchara para comer. La cenicienta de los días grises puso a mi alcance una servilleta con la cual me vendé los ojos y así pude terminar la cena, que ya estaba transformándose en almuerzo para mis compañeros.
Me liberé de la tristeza que me tenía atrapado en la silla y salí corriendo hacia el infinito que, tímidamente, asomaba sus pestañas sobre el horizonte. A medida que me iba acercando sentía el olor de las aguas pestilentes que bañan los acantilados del infierno. Estos olores hablaban el idioma de las almas desencontradas, esas que no pueden sentir las distancias estando cerca del consuelo, y como ese no es mi idioma no pude establecer un diálogo con ellos. Y seguí. Sin detenerme crucé un puente con los ojos cerrados porque los astronautas que recorrían el cielo se habían teñido el pelo de color azul y su cabellera reflejada en los charcos de sangre que había en el piso provocaba un efecto somnífero en mi presencia; pero nadie quería dormir.
Llevaba bastante tiempo caminando y mis alas se habían abierto de manera tal que en cuanto dejaba de caminar el viento me empujaba. Las 97 hormigas, que cumplían la función de gritarme -para que no me olvide de arrastrar ese pesado delirio que llevaba atado a mis manos y que me hacía sangrar- se habían puesto unos anteojos invisibles para poder leer los carteles al costado del camino; pero no se dieron cuenta que los carteles también eran invisibles (ya todos sabemos que los anteojos invisibles no sirven para ver objetos invisibles). Entonces al no ver esos carteles se desviaron y me dejaron solo en mi empresa. Por algunos minutos caminé sin darme cuenta que me encontraba sin mis hormigas y, para ser sincero, me sentí libre. Cuando por fin me di cuenta que me faltaban comencé a impacientarme; las llamé una por una por sus nombres, pero mi voz no superaba a la velocidad del tiempo ni a los cantos de la oscura eternidad que no pueden ser superados por cualquier voz.
Ahora el vacío de compañías era la sombra de mi viaje y las cartas que tiraba un oráculo sentado en un árbol no me garantizaban un final para todo esto. La muerte tocaba el piano de pie y el piso comenzaba a moverse; tuve que acostarme para no caer; fue allí que sucedió lo que no tenía que suceder: deseé.
Deseé que la música se terminara y la muerte vino corriendo hacia mí con un papel en la mano. Me obligó a cambiar mis oídos por más música. Acepté. Todo era nuevamente, un gran silencio. En medio de esa oscuridad de sonidos vi el final. ¡Allí estaba! ¡Lo podía ver! ¡Divina inmensidad de alegrías! el final estaba allí. Cerniéndose sobre un columpio tenía algo en la mano que al acercarme me regaló: Una Cinta de Moebius.
 
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domingo, junio 25, 2006
esta noche
Un juego de mesa y un portalápices lleno.
Tal vez una maquina de escribir,
es mejor opción.
Y luego ideas nocturnas enredadas,
como cables,
desplazan el sueño.
Seis botellas de vino tinto (sin abrir)
un vaso de agua y velas encendidas
El extractor de aire,
muy sucio,
se lleva la inspiración.
Un ventanal enorme descubierto
muestra las luces de la ciudad
desde lo alto de un edificio.
música.calor.música.
 
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sábado, junio 24, 2006
Mi fracaso

Hoy, sobre la niebla, vi figuras que parecían personas; estaban al costado del camino y llevaban elementos; se movían rápido, e inextinguibles sus colores apagaban el fuego de mi intriga con sus pesadas miradas. Acariciando mi sensibilidad cantaron sus nombres en una canción y en las puertas de la duda se dejaron escuchar. Suelo dejarme llevar si de música se trata, pero esta vez no estaba completamente seguro del melancólico llanto que por algún lado escupían esas figuras. Era una interpretación algo confusa, con melodías que parecían abrazarse tímidamente sobre un puñado de figuras musicales. Con los ojos abiertos y mis oídos experimentando la mayor sensibilidad posible escuché que se trataba de una expedición hacia el tiempo pasado, donde solo con imágenes se podía construir una sensación de repetición del naufragio diario que en algún momento he vivido; sin más obstáculos silencié mi percepción y cubierto por una sabana psicodélica me dejé ver agazapado entre la gente y los otros objetos que cruzaban por el lugar, y he aquí el problema: No hubo ni una sola mirada que me regalara su visión, ni una sola lágrima encerrada en algún llanto para mojarme de piedad. Ofrecí mis experimentos al tibio pesar de su indiferencia (ahora ocupaba mi atención en una sola figura, llamémosla “figura especial”); pero no superé mis límites sabiendo de antemano que esto sería una tarea imposible. Quería establecer las diferencias entre mi problema y el problema de la figura esa que no dejaba de ignorarme, como todas las demás. ¿Me faltaban las palabras o no me animaba a pronunciarlas? ¡La inhibición, fastidiosa incapacidad para saltar al vacío! No me alcanzarían las calles del mundo si hubiese querido derrotarla, o al menos aconsejarle que no solo en espejos podía inhibirme, qué el silencio que tanto desprecio me estiraba su brazo para rescatarme del pozo sin fondo en el cual caía voluntariamente.
Las figuras comenzaron a saltar, saltaban muy alto, casi tocaban el cielo en su caída; entonces quise agarrarla a ella y así aprovecharme de la situación, pero de mis bolsillos comenzaron a caer muchas bocas expresando risas burlonas. Me sentí incomodo por el brillo de sus dientes que alumbraban mi cabeza desde el piso. Yo no quería que las figuras dejaran de saltar e hicieran filas para comprar esas bocas y tejerlas a sus rostros serios, porque era esa seriedad la que se llevaba todas mis alucinaciones y fantasías; era esa seriedad mentirosa la que compraba todo aquel que quisiera tener en su mesita de luz un pañuelo descartable para limpiar el maquillaje que los defendía de su verdadera vergüenza. Grité. Grité para alejar las sonrisas y fue curioso lo que sucedió (al menos lo era en ese momento).Las figuras y las bocas se acercaron a mí. Las primeras me rodearon con un nerviosismo que era ajeno a su comportamiento, parecía que habían encontrado esos nervios tirados por la calle, como quien encuentra harapos en un basural y los utiliza para abrigarse del frío. Las segundas empezaron a hablar, ¡me hablaban a mí!

- Dinos quién viene a tu encuentro por las noches
Dinos por qué piensas que un alma te espera en el mundo
Pronuncia las palabras que no osas hablar en su presencia
Explícanos el sentimiento de amar y no poder amar


Jaja debo admitir que eran unas bocas graciosas que no dudaban en pedir lo que querían saber y mi percepción intuía que tenía que contarles todo, DEBIA contarles todo. Pero no pude hacerlo; una vez más llamé y solicité la ayuda del silencio y así perdí la oportunidad de hablarle a esa “figura especial” con palabras, perdí la oportunidad de plasmar en sonidos lo que mis ojos intentaban decir. Ahora empezaba a dudar si esas bocas me hablaban a mí o solo querían ser oídas por alguien, porque no tenían ojos y tal vez tampoco tenían vista, de manera que podrían haber estado hablando con todas las figuras o quizás con MI “figura especial”. Todo tenía sentido, ¡No importa a quién le hablaban, lo importante es que las escuché! Las escuché y sus pedidos se agitaban en mi voluntad. Tuve que golpear mi cabeza contra el piso para que el silencio no me abandone, pero no funcionó; Quedé desnudo cuando solté palabras casi sin querer. Nuevamente las figuras y las bocas se acercaron a mí, pero esta vez lo hicieron con ansiedad, porque misteriosamente yo estaba hablando con los ojos cerrados:

“Cercherò lontana terra dove gemer sconosciuto; la vivrò col cuore in guerra deplorando il ben perduto; ma né sorte a me nemica, né frapposti monti e mar, ti potranno, o dolce amica dal mio core cancellar.”

Me escuchaba e imaginaba que mi figura especial estaba sentada escuchándome con su cuerpo ahogado en un mar de tristeza. Imaginaba que las bocas habían dejado de reír y apagadas, como un una flor en la oscuridad, se mordían los labios; las demás figuras emprendían su viaje de regreso, abrazadas caminando con pasos pesados, con la espalda encorvada, y con sus cabezas apuntando hacia el suelo, (que también tenía un rostro como de desilusión). Fue verdaderamente refrescante abrir los ojos y verme solo, escuchando el eco de las palabras que me atreví a pronunciar.
No obtuve ningún resultado cuando quise armar los pedazos de olores que quedaron flotando en el aire. No recordé ni siquiera la niebla. No me aferré a los fracasos ni comprometí mis intentos. No pude explicar el sentimiento de amar sin poder amar.
 
Creado por marianitooo a las 5:18 p. m. | Permalink | 3 deje su huella
viernes, junio 23, 2006
Rimbaud para comenzar el invierno...





Me está costando un poco terminar de configurar este blog como para que quede bonito, ya han pasado varias horas de intento frustrado de decoración...Me es absolutamente necesario este segundo post para empezar a entender algunas cositas y cómo no encuentro inspiración ni siquiera con la ayuda de este día gris lluvioso les dejo aquí un bonito poema de quien es por ahora mi escritor favorito(Arthur Rimbaud).


SUEÑO PARA EL INVIERNO

a ella...

En el invierno viajaremos en un vagón de tren
con asientos azules.
Seremos felices. Habrá un nido de besos
oculto en los rincones.
Cerrarán sus ojos para no ver los gestos
en las últimas sombras,
esos monstruos huidizos, multitudes oscuras
de demonios y lobos.
Y luego en tu mejilla sentirás un rasguño...
un beso muy pequeño como una araña suave
correrá por tu cuello...
Y me dirás: «¡búscala!», reclinando tu cara
-y tardaremos mucho en hallar esa araña,
por demás indiscreta.
 
Creado por marianitooo a las 3:56 p. m. | Permalink | 3 deje su huella
jueves, junio 22, 2006
Primera entrada, algo asi como una autobienvenida



Una bonita tarde de invierno y otras bellezas me empujaron a crear mi pequeño lugar en el mundo cibernético. Cualquier persona, virus, animal adiestrado o simplemente algún alma perdida que pasé por este espacio, lea y tal vez deje su huella alimentará una fuente de energía con la cual se mantendrá este blog. Agradecido leeré sus comentarios y sentiré sus sentimientos.(Los primeros textos y las primeras fotos seran a modo de prueba. Creí que era más fácil hacer un blog. Es la cuarta vez que escribo esto.)¡Hasta la próxima!
 
Creado por marianitooo a las 3:56 p. m. | Permalink | 6 deje su huella