Hola gente que pasa por aquí. Hoy experimento transmitirle algo más que mis palabras ruidosas en la pantalla de sus computadoras. Hoy mi ruidosa voz llegará hasta quienes deseen escucharla.
Intenté poner el audio dentro de este blog para que no tengan que desviarse pero blogger me lo impidió, pueden escucharme haciendo click aquí.


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Mirando, me descubrí mirando. Ellos dijeron que podía volver cuando sea necesario. Ellos me analizaron: una hoja para el ojo sangrante, luego me desnudaron y respiré aliviado. ¿Qué es lo que no te falta? pregunté desdichado a la oscuridad. Obstinación. Ellos me atraparon; soy de su Dios sin carne el culpable; ni la Policía del Pensamiento me vino a buscar. ¿Quiénes son ellos? me encontré preguntando nuevamente aún sin más palabras que “ellos”.
Acá están las amenazas, puse esa violencia pacificadora entre los mismos engranajes de la conducta. Me siento golpeado y es porque todavía no veo que bien me han hecho; soy pura herida. Esto hizo que me desentendiera del resto de las horas, ahora vehemencia, luego tranquilidad y presencia. Despreocupado por abandono consideré a los ellos enemigos.
Y aquí van de nuevo con las botas llenas de palabras a marchar sobre mi silencio. A mis lágrimas, regando el desierto, vaporizaron con sus miradas de fuego, otra vez ellos…