-Vos no tenes su voz ¿Por qué me llamas?
-Encontré tu número escrito con una pluma en la pared de mi habitación y lo marqué.
-Perfecto ¿Y por qué te haces pasar por ella?
-Simplemente me duele la garganta.
-Mi mamá me hacía creer que para curarme el dolor de garganta me tenía que disfrazar de monja.
-Hace tres días que te encuentro y no te busco-dijo con voz temblorosa.
-No quieras escribir como ella, nunca vas a poder igualarla.
Se quedaron en silencio durantes 5 minutos aproximadamente.
-Todo lo que me decís me parece haberlo escuchado.
-Siempre te lo dije y siempre te lo voy a decir.
-Entonces hagamos de cuenta que pasó un tren y se llevó a ella y sus fotos.
Pasan otros 5 minutos en silencio (aproximadamente; toda esta conversación se aproxima a algo)
-Esta llamada me va a salir cara…
-¿Qué me queres decir con eso de la garganta?
-¡Ya te lo dije! encontré tu número escrito en la pared…
y yo que soy
(tan)
cobarde