sábado, septiembre 09, 2006
Eterna identidad
Es ahora que quiero ser el hijo de un padre como yo; aunque no me ofendería si fuera el padre de un hijo como yo; me ofendería si pensara que no tengo familiares directos ni descendientes indirectos, y menos mal que estaba solo en este mundo…
Estas declaradas asimilaciones de entrelazamientos afectivos han dispuesto dejarme de este lado del territorio, donde están los que ya no juegan ni con muñecas ni con soldaditos de plomo; Me estoy volviendo loco por pensar que si no soy hijo ni soy padre, tampoco soy madre y mucho menos soy hija, entonces ¿Dónde se encuentra localizado el mapa con las coordenadas exactas para llegar hasta la telaraña de mi identidad?

Nadie puso en duda el valor de llamarme por mi nombre porque siempre respondí a todos los nombres, siempre respondí las preguntas que pude responder, aunque no me las hayan echo a mí; siempre escuché en todas las direcciones posibles, desde todos los lugares posibles; siempre (en los pocos años que acumulo) me identifiqué con el todo y con la nada a la vez, es como que en algún pasado, no muy lejano, formé parte del mundo entero, de todas las personas y de todos sus sonidos.

Esta vez hice de mí una totalidad infinita; me regalé al recuerdo para poder dividirme y así compartir mis quimeras. Donde quiera que me encuentre en este momento estoy inventando la fórmula mágica para homogenizar esos pedazos de mí, desparramados, puestos en desorden, desalterados. Puesto que todavía no logro encontrarme sin salir de pocas palabras, he decidido cortarme los hilos que me mantenían atado a la “no identidad” y darme un nombre eterno, que duré después de muerto y que se extienda a través de la vida que hoy vivo.
 
Creado por marianitooo a las 12:54 a. m. | Permalink |


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